miércoles, 25 de septiembre de 2019

Un 59% de personas reconoce haberse hecho el gilipollas en alguna ocasión para beneficio propio.

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Granada revela que 2 de cada 3 gilipollas desconocen que lo son, también se desvela que el 82% de gilipollas no reconoce públicamente serlo, por el contrario, un 35% de personas reconocen ser gilipollas sin realmente serlo.

“Toda la vida pensando que era gilipollas y ahora me dicen que únicamente me lo hago muy bien…”, comenta Javier, un hombre que participó voluntariamente en el estudio y descubrió que realmente no era gilipollas, incluso su propia familia siempre había mantenido erróneamente la versión de que “ya nació gilipollas”.

Los datos indican que en los últimos 5 años ha habido un incremento de gilipollas con respecto a la evolución de los últimos 15 años. Los expertos piensan que puede deberse a un contagio progresivo de la población a causa de estar expuesto durante mucho tiempo a un alto nivel de gilipollas y gilipolleces.

“Estoy cansado de oír gilipolleces”, comenta Jose, un joven indignado con los resultados del estudio, teme ser “un gilipollas más” o como él mismo confesaba “un gilipollas del montón”.

Los resultados muestran que las personas que son plenamente conscientes respecto a su condición de gilipollas son un 65% más felices que, quienes niegan ser gilipollas y lo mantienen en secreto durante años.
“Hoy en día cualquiera puede ser un buen gilipollas… esto ya no es lo que era”, recuerda con anhelo Damián, un conocido gilipollas de 62 años que vivió la época en que ser gilipollas estaba muy mal visto. “No podía esconderlo más, me estaba volviendo loco, un día convoqué a mis amigos y familiares y les confesé que era gilipollas, tenía tan solo 18 años, decírselo a todos me cambió la vida”, afirma Damián “El gilipollas”.