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Matrimonio

 Si piensas enamorarte y convivir con alguien, vuélvete observador. 

¿Por qué? 

Porque te enamoras de un cuerpo, pero te casas con un carácter. 

Observa su carácter,  sus costumbres, sus hábitos, su vida espiritual, su estado de conciencia, si sabe administrar bien sus finanzas, observa cómo es su forma de ser, cómo se relaciona con sus padres, hermanos, incluso hijos si los tiene, cómo socializa con las demás personas, cómo maneja la ira, los celos, la sexualidad, cómo actúa bajo presión, cómo asume sus responsabilidades y compromisos, cómo cuida su integridad, su pureza y su constancia en su deseo de vivir conscientemente, como se responsabiliza de su vida, sus acciones, sus emociones y sentimientos. 

El noviazgo no es para descubrir el cuerpo, es para descubrir el carácter. Por eso, si te enamoras, observa bien una y otra vez su carácter. 

Antes de tomar una decisión tan importante como vivir con alguien, ejercita la observación al carácter, así estarás protegiendo tu mente y por ende tu tranquilidad y tu futuro.

Hombres y mujeres por igual.

Rebaño humano

 REBAÑO HUMANO

Hace 2500 años comenzó el sistema de control que nosotros conocemos como religión, comenzaron a hacer una interpretación "espiritualista" , también lo hicieron con los textos hindúes, los Vedas, los Kurama; comienza el hinduismo el budismo, el judaísmo, en China aparece Lao Tse con Confucio; o sea, nace un nuevo control del ganado humano, que ha demostrado ser el más eficaz nunca puesto en marcha, el más eficaz de forma absoluta en el vigor desde hace 2500 años, porque han tenido la gran astucia de ofrecer de forma diferente, según las situaciones culturales, una respuesta a la madre de todas las angustias, el humano quiere que le digan que no morirá, y las religiones nacen por este motivo.

Cada grupo aborregado, escudándose en la "verdad" subjetiva ilusoria, protectora del grupo y arrastrado por éste, agachan la cabeza entre el rebaño compacto y no dudará en precipitarse al abismo si los demás también lo hacen o sus líderes lo ordenan.

Están dispuestos a matarse, si fuera necesario, por defender los intereses o las ideas del grupo aborregado. Quizá sea el instinto de supervivencia el que los reúne para hacer frente a los miedos, a los peligros y a las adversidades naturales.

Pero sabemos que no es más que un control para mantenerlos cautivos.