Los verdaderos guerreros nunca niegan la cara de quienes los traicionaron.
Hay una gran diferencia entre perdonar a alguien que te ha traicionado, y olvidar lo que esa persona hizo. Cuando alguien te ha traicionado, simplemente te dio una idea de su verdadero carácter, y la falta de integridad o honor.
Es cierto que vivir sin perdón solo te hace daño a ti; a la otra persona no le molesta en absoluto. Piensa en ello. Si destruyes a tu enemigo, ¿te molestaría si tu enemigo estuviera herido o enojado por lo que pasó después?
Como dice el viejo refrán, estás permitiendo que esa persona viva sin pagar alquiler en tu mente. Y mientras te aferras a ese resentimiento e ira, es muy probable que nunca piensen en ti o en lo que te hicieron en absoluto.
Perdonar a otras personas es PARA TI, no para ellos! Pero no seas lo suficientemente ingenuo como para olvidar la lección que te enseñaron. Te mostraron su verdadero carácter, y deberías recordarlo. Esto no significa que tengas rencor; eso no es verdadero perdón. Sin embargo, tampoco significa que debas permitirles volver a tu vida, o que nunca debas confiar en ellos otra vez.
¡Sé inteligente, no ingenuo! Las serpientes pueden mudar su piel, pero siguen siendo serpientes. Cuando alguien te demuestre que él o ella no tiene verdadero honor o integridad, créele y recuerda lo que has aprendido. Aunque puedan mejorar o no su carácter más tarde, no seas lo suficientemente tonto como para apostar tu vida en ello. ¡Perdona, pero no olvides !!
No hay comentarios:
Publicar un comentario